Izamal debe su nombre a Zamná, dios maya asociado al Sol. Se le conoce
también como la ciudad de las tres culturas y fue un enorme centro ceremonial
más antiguo que Chichén Itzá y Uxmal.
Se le da también el nombre de La Ciudad de los Cerros, por los numerosos
vestigios prehispánicos que rodean su centro.
Este poblado levantado sobre 12 pequeñas colinas que rompen la planicie
del entorno, todavía conserva los vestigios de su antiguo y enorme poderío:
cenotes de sacrificio ritual se encuentran alrededor. De los antiguos cuatro
caminos blancos o sacbés, y que conducían a ciudades aliadas o subyugadas, se
pueden admirar todavía dos, Aké y Kantunil, las cuales, en días despejados, son
visibles desde lo alto de la pirámide de Kinich Kakmó (“Guacamaya de fuego con
rostro solar”). Cuya interpretación es que los mayas creían que el dios Kinich
bajaba en el ardor del sol para quemar y purificar los sacrificios u ofrendas
del panteón maya y esto lo hacía usando la forma de una guacamaya.
Además de ser una hermosa ciudad colonial, pertenece al “Programa Pueblos
Mágicos de México”. Los motivos principales para ser un pueblo mágico son
contar con comunidades indígenas que aún conservan sus tradiciones y leyendas
mágicas, así como poseer pirámides, edificios coloniales, cenotes y
haciendas. Su inigualable estilo
arquitectónico, plasmado en edificios, tiendas y casas pintadas por decreto del
Ayuntamiento con tan peculiar color ocre lo hace un lugar mágico.
Izamal fue un poderoso centro rector durante el Período Clásico fundado por
Zamná, considerado como dios del universo por los mayas. Zamná fue sacerdote,
inventó la escritura, los libros; descubrió el henequén y su uso. El
significado del vocablo “Itzmal” es precisamente “Rocío del cielo”.
La ciudad prehispánica estuvo ocupada aproximadamente desde el año 300
antes de nuestra era, hasta muy cerca del momento de la conquista española,
pues en las crónicas de fray Diego de Landa ya se relata la grandeza de sus
edificios. Actualmente, el edificio más importante es el templo de Kinich Kak
Moo o Gran Pirámide, que destaca por su altura. En su parte superior se
encuentra una pequeña plaza que posiblemente funcionó para realizar ritos y
ceremonias dedicados a la deidad Itzamná.
El asentamiento colonial inició con el templo levantado por los
franciscanos sobre las ruinas de un adoratorio maya llamado “Pap-hol-chac”. A
principios del siglo XVII la primitiva iglesia franciscana se convirtió en el
actual conjunto conventual de Nuestra Señora de Izamal.
Izamal es una ciudad que dentro de su extensión se desarrolló en tres
épocas de la historia y conserva gran parte de sus costumbres, pues combina
rasgos del pasado prehispánico, el periodo colonial y la época actual. A
finales del siglo XIX fue productora de henequén, que trajo grandes beneficios
económicos a los propietarios de las plantaciones.
En 1992, Izamal recibió la visita de S.S. Juan Pablo II, quien ofició una
memorable misa en el gran atrio que antecede al templo de la Purísima
Concepción y el ex Convento de San Antonio de Padua. Desde ese entonces, la
mayoría de las casas y edificios que decoran su centro histórico están pintados
de blanco y amarillo: los colores vaticanos.
Templo de la Purísima
Concepción y el ex Convento de San Antonio de Padua
Entre sus construcciones destaca el templo de la Purísima Concepción y el
ex Convento de San Antonio de Padua, un impresionante conjunto levantado sobre
una plataforma prehispánica que era parte del cerro llamado
"Pap-hol-chac", el cual fue prácticamente destruido por los españoles
para edificar el agregado conventual, a instancias de fray Diego de Landa, entre
1553 y 1561.
El claustro franciscano es de muros altos y gruesos, acompañado de 75 arcos
pintados de amarillo. Posee el segundo atrio cerrado más grande del mundo -con
más de 7,000 metros cuadrados-, después de San Pedro en el Vaticano. La mayor
parte de la piedra de corte con la que habían construido los templos mayas fue
reutilizada para levantar esta obra.
Dentro de este conjunto está el Templo de la Purísima Concepción. Su
portada es de estilo barroco; y en su interior sobresale un retablo neogótico
que aloja a la escultura de la Virgen de Izamal, traída desde Guatemala por
fray Diego de Landa.
Para el visitante, los diversos templos, conventos y capillas que las
órdenes religiosas establecieron en Yucatán enmarcados por sus calles de
adoquín, piedra y asfalto amplifican un
disfrute visual por todos los rincones de esta gran ciudad.
Zona arqueológica
Izamal es considerada la ciudad más antigua de la Península de Yucatán. Su
zona arqueológica deja ver la grandeza de su plaza ceremonial flanqueada por
cinco pirámides cuyos restos aún es posible admirar y donde los antiguos mayas
realizaban ritos dedicados al dios Itzamná. De ellas, hoy puede admirarse el
Templo de Kinich Kak Moo, una pirámide de gran altura. En su parte superior se
encuentra una pequeña plaza que posiblemente funcionó para efectuar ritos y
ceremonias dedicados a la deidad Itzamná.
Otra edificación es Itzamatul, que tuvo tres etapas de construcción, y
Kabul, basamento decorado con mascarones de estuco dedicados al dios solar de
los mayas.
Centro Cultural y Artesanal
Izamal
Se aloja en una casona del siglo XVI y posee un magnífico museo de
artesanías que vale la pena visitar. También cuenta con una tienda en donde se
venden piezas de arte popular que producen pequeños talleres comunitarios de la
región, usando técnicas y materiales tradicionales.