El jueves
pasado asistí al Nuevo show de Luz y Sonido en Chichén Itzá. Desde mi niñez nunca había vuelto a visitar
esta Universidad Cósmica de los Mayas bajo el manto de las estrellas y no pude
resistir la tentación de su llamado.
Mientras
esperaba que nos invitasen a pasar mis
recuerdos viajaron a otros tiempos y recordé lo que por ahí escuche de un H’Men
sobre nuestros hermanos mayores, los Muxu.
La narrativa corría por mi mente con vida propia, como un fuego que no
se quería apagar; el relato fue algo así:
«La antigua
ciudad de Chichén Itzá, una vez fue conocida como —la ciudad de los nacidos en
la sabiduría de la serpiente cósmica. — Desde el espacio, el estado de Yucatán
parece la cabeza de una serpiente con colmillos abiertos. Así fue cómo los mayas heredaron el nombre de
—los hombres serpiente—. Hace muchos
siglos sabios de Tzab-Kan, el nombre maya de la constelación de las Pléyades
nos visitaron, bautizaron nuestra tierra con el nombre, Tierra del — Mayab, —
significa: tierra de Los Escogidos.»
Hoy por hoy,
desde mi regreso (o mejor dicho, después de haber sido devuelta a mi tierra,)
algo que nunca contemple de forma consciente, aprendí que los mayas, o por lo menos aquellos
instruidos en el gnosis esotérico de su cultura, no se avergüenzan de reclamar
una conexión con la Atlántida, o las estrellas. A menudo se refieren a Orión, a Sirius, y las Pléyades. Mis elucidaciones
mentales son interrumpidas por los guardianes de Chichén anunciando que la
demora del show se basa en la amenaza de lluvia, algo que impediría que se
efectuase el programa. Nos piden ser
pacientes un ratito más.
Después de un
viaje de hora y media, no me rendiría tan fácil por un simple mal tiempo,
tampoco puse en duda que el show se daría, pues el mero hecho de que se me
diera atender había sido de por si toda una serie de coincidencias. Me
acomode en mi puesto y continúe dándole rienda suelta a los recuerdos:
«…antes de
que la antigua civilización, que los mayas llaman Tulan Zuiva, o Atzantiha,
fuese destruida para siempre los maestros más sabios de
esta avanzada sociedad fueron expedidos a preservar su vasto conocimiento a
diversas partes del mundo y fundaron muchas ciudades, no solo en Yucatán, sino
lo que fueran las grandes civilizaciones.
Durante este nuevo ciclo de 5,125
años, los mayas esperan el regreso de cuatro sabios que los han visitado antes
de las Pléyadas: Mahakutana, Balam Quitze, Balam Akabo y Iqui Balam.»
Insisten que
cada día hay más evidencia de su inminente regreso. Estos maestros provenientes
de Zab Kan, desarrollaron una
era dorada para la entonces naciente civilización sedienta de
conocimiento. Hoy en día, para aquellos
que saben buscar, gran parte de esta sabiduría antigua se puede encontrar en
Chichén Itzá y el templo oeste de Uxmal.
Los mayas saben que las antiguas ciudades cósmicas de Atlántida todavía
pueden encontrarse en la tierra del Mayab.
El conocimiento de Atlántida se encuentra en los templos mayas y
pirámides y en sus libros sagrados, los códices, donde los jeroglíficos hablan
de Tulan Zuiva, La ciudad de las piedras transparentes. A su debido tiempo, esta civilización se
trasladó a una realidad que nuestra conciencia no ha podido acceder debido a
que no la entendemos. Para ver, necesitamos
comprender. La manifestación llega
cuando estamos conscientes. Los que
habían llegado a esta conciencia partieron, se mudaron a una realidad colectiva
que convinieron en manifestar, pero que nosotros somos incapaces de
comprender. Estos acontecimientos
tuvieron lugar mucho antes de la llegada de los españoles en Yucatán.
Hay mucho
misterio y magia en las páginas de las sagradas enseñanzas. El legado espiritual de los mayas está
abierto a todos los que buscan información, no son una religión. Las enseñanzas mayas son una declaración de
conciencia — una forma de ser en el mundo —.
En la actualidad, nuestra cultura ha recuperado popularidad ya que
muchos asocian nuestros conocimientos ancestrales a eventos inevitables que ya
comenzaron a manifestarse; pero, incluso ni siquiera la más audaz imaginación
nos puede preparar para los acontecimientos que ellos aseguran comenzaron hace
ya un tiempo. Sin estudio, no hay ningún
entendimiento.
¿…Y quienes
son nuestros hermanos mayores? Pues en
una noche sin luna, con los cielos cubiertos de espesas y obscuras nubes,
cuando las posibilidades de que el flash de las cámaras fotográficas intervengan
creando efectos de luz, ya que el uso de las mismas están prohibidas, la aparición
de misteriosos objetos flotando entre los diferentes templos como por don de ubiquidad
me lleva a concluir que no es sorprendente pensar que lo que se rumora es
cierto, nuestro hermanos mayores, los extraterrestres, ya están presentes. Decidan por ustedes mismos.
No comments:
Post a Comment